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La laguna
de Gallocanta es sobretodo un lugar de paso
para las aves que se mueven entre las zonas de cría
noreuropeas y las zonas para pasar el invierno del sur
de España o del norte de África. Pero
nos encontraremos también con aves que la utilizan
como lugar de destino en invierno o para nidificar en
los meses estivales.
La procedencia de estas aves es bien diversa (desde
Francia y Países Bajos, hasta Islandia, Países
Nórdicos e incluso Siberia). Esta diversidad
también afecta a las especies que participan
en este rito anual.
Hacia finales del invierno o comienzos de la primavera,
las aves inician su viaje en dirección norte
hacia las áreas de nidificación. Por el
contrario, desde el verano hasta el comienzo del invierno
las aves invierten su recorrido en dirección
sur, hacia sus áreas de invernada para pasar
allí los meses más fríos del año.
No todas las especies tienen el mismo "calendario
migratorio", ni su paso por la laguna se percibe
de la misma manera. Destaca el paso de las anátidas
y sobretodo de las grullas.
Desde los meses de octubre a marzo (a excepción
de enero) la laguna de Gallocanta se convierte en una
delicia para la vista y para el oído. Más
de 40.000 grullas llegan a este humedal en grandes bandos,
entre rumores de algarabía y de batir de alas.
Todo un espectáculo al amanecer y al atardecer,
cuando al volver a los dormideros sus siluetas se recortan
en el cielo. |
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